Bajo este paraguas se agrupan todas las cervezas belgas de alta fermentación que no pertenecen a un estilo concreto. Suelen ser productos con un notable contenido alcohólico, importantes matices afrutados y reminiscencias especiadas.
Las cervezas rojas belgas obtienen muchas de sus características de la malta Viena, pero sobre todo de la maduración durante largos periodos de tiempo en grandes barriles de roble. Son cervezas ácidas de gran complejidad.
La mayoría de las cervezas especiales belgas son de alta fermentación, pero hay un estilo al que los propios belgas llaman Ale. Es una variedad muy cercana a la Pale Ale británica pero mucho más especiada y con gran regusto a caramelo.