En la cerveza de trigo alemana no solo se usa trigo, sino que este está acompañado por un 50% de malta de cebada que hace el trabajo del cervecero mucho más sencillo. Su origen se encuentra en el sur de Alemania, donde durante años fue una cerveza reservada a la nobleza, después la disfrutó el pueblo y desde mediados del siglo XIX y hasta finales de la década de 1960 estuvo en peligro de extinción. Por esa época, los jóvenes empezaron a reconocer sus propiedades convirtiéndola en uno de los estilos más exitosos del país. De alta fermentación, puede encontrarse dorada transparente si está filtrada, ambarina turbia (Hefe) o tostada (Dunkel), destacando sus matices de aroma y sabor que van desde el cítrico al especiado. Muy refrescante y efervescente, también cuenta con una versión más fuerte (7-8% Vol. Alc.) conocida como Weizenbock que tradicionalmente se elaboraba para los meses más fríos.
Andechs, Maisels, Franziskaner
Es la cerveza de trigo de Berlín, una zona que acogía en el siglo XVII a 700 cervecerías especializadas en este estilo y de las cuales en la actualidad solo sobreviven un puñado. En esta variedad de cerveza el trigo destaca por su acidez, su efervescencia y su gran poder refrescante. Para contrarrestar la primera característica, los berlineses la mezclan con diferentes jarabes de frutas que le dan un gusto dulce. Tomarlas sin ellos es una excentricidad.