Los fenicios, grandes comerciantes marítimos, habían llevaron los cereales a otros países y la fabricación de cerveza cuajó en Baviera, Bohemia, en el Báltico y en las Islas Británicas. El clima volvió a cambiar y el vino quedó confiado a los cálidos países mediterráneos ya que las uvas no maduraban en los países del norte. Pero desde el norte de España hasta el Ártico y los cereales crecían en abundancia y las gentes de estos países también producían cerveza no solo para mantener sus corazones alegres sino también por las propiedades alimenticias de una bebida rica en vitamina B.
La pericia de los cerveceros era superior a la de los fabricantes de vino. Mientras griegos y romanos continuaban guardando el vino en vasijas de barro, los cerveceros lo hacían en toneles de madera herméticos que conservaban la bebida mucho más tiempo.
En el año 21 d.C. Estrabón anotaba al ver los barriles de madera en el norte de Europa: “los celtas son buenos toneleros, sus barriles son grandes como casas”. Según iban conquistando Europa, los romanos vieron que desde el norte de España las tribus hacían cerveza. “Las naciones del oeste tienen su propio intoxicante hecho de grano humedecido”, escribió Plineo, “hay muchas formas diferentes de hacerlo y recibe distintos nombres, aunque el principio es el mismo. Los hispanos nos han mostrado que esos licores sientan bien”.
En Bretaña, las tribus celtas hacían una bebida llamada “curmi”. También hacían sidra de manzana e hidromiel. En las Highlands escocesas lo tradicional era usar brezo, tanto para darle gusto como para ayudar a la fermentación de la malta de cebada.
Sin embargo, los romanos no fueron cautivados por la cerveza y prefirieron beber vino, limitando el consumo de la primera a aquellos momentos en los que escaseaba la uva.
La timidez romana con la cerveza fue sustituida por la pasión cuando los bárbaros del norte dominaron el continente. Éstos tenían una cultura de consumo de cerveza en fiestas y cualquier día parecía ofrecer un excelente motivo para una de esas fiestas. Incluso el Valhalla, según los mitos nórdicos, es una gran sala en la que los muertos pasan el tiempo bebiendo cerveza. Mientras, en el mundo de los vivos, la cerveza y la malta eran usados como moneda.