Por todas partes de Europa comenzó a florecer un pequeño movimiento comercial de fabricación de cerveza que tenía como protagonista a las posadas y a las tabernas.
Estas cervecerías pronto encontraron una formidable competidor: la Iglesia Católica.
La cerveza era fabricada por los monjes como suplemento a su dieta y con frecuencia se servía a los peregrinos que visitaban el monasterio en busca de comida y bebida. Los benedictinos fueron los cerveceros más entusiastas aunque rápidamente fueron imitados por otras órdenes. En la Alemania medieval había entre 400 y 500 cervecerías monacales.
Uno de los mejores recuerdos de la fabricación de cerveza en el medievo proviene de la cervecería de Queen’s College de la Universidad de Oxford. Había sido construida en 1340 y se conservó prácticamente igual hasta que fue destruida por las bombas alemanas durante la Segunda Guerra Mundial. La tina de maceración estaba hecha de roble y el mosto se bombeaba a mano a una caldera abierta calentada por un horno.
El lúpulo no se usaba cuando se construyó la cervecería, por eso era necesario hervir el mosto para matar las bacterias. Después del hervido, el líquido se enfriaba en tinas de madera, para ser trasegado a un gran depósito de madera en el que se añadía la levadura.
Una vez que la fermentación había comenzado, se trasladaba nuevamente a unos tanques situados en la bodega para continuar fermentando.
Aunque el proceso parezca igual, la fabricación era muy diferente en la Edad Media. Cervezas de diferentes grados alcohólicos se hacían de la misma mezcla. Primero se hacía una cerveza muy fuerte y posteriormente se mezclaba malta dos o tres veces con ella para conseguir cervezas con menos alcohol. Los monjes llamaban a la cerveza más fuerte prima melior y era destinada al abad y a sus invitados más ilustres. La segunda (secunda) se daba a los trabajadores del monasterio mientras que la suave tercera (tertia) iba para los hermanos y los peregrinos.
De esta época es importante la función de la cerveza como complemento de una dieta monótona y limitada, aportando vitaminas y bienestar a los más pobres.