La Lager llegó a Estados Unidos con la segunda oleada de emigrantes de Europa Central. Los alemanes que se asentaron en Milwaukee encontraron un buen centro de suministro de hielo en un lago cercano, y comenzaron a hacer cerveza. Los americanos adoptaron la nueva tecnología con entusiasmo, y con la llegada de la refrigeración, la fabricación de Lager cuajó rápidamente.
El tipo de cebada de seis carreras que crece en Estados Unidos es rico en enzimas y permite a los cerveceros usar grandes cantidades de cereales sin maltear, como el arroz y el maíz, para ahorrar costes de producción.
El resultado es una cerveza suave y refrescante, pero también una interpretación nada interesante del estilo Lager.
El desarrollo fue frenado por la Prohibición. La total prohibición de fabricar y vender alcohol en los U.S.A. estuvo vigente desde finales de los años 20 hasta 1933. El efecto, sin embargo, fue el contrario al que buscaban los legisladores. El alcohol estaba disponible en locales ilegales, y era de una bajísima calidad y peligroso. El contrabando de alcohol estaba en manos de la mafia, que puso en marcha sus propias destilerías y cervecerías. La mayoría de las cervecerías comerciales tuvieron que cerrar, y muchas de las grandes sobrevivieron produciendo bebidas suaves o “casi cerveza” que tenían menos de un 3% de Vol. Alc. 
Cuando la Prohibición terminó, un puñado de gigantes cerveceros tenían el mercado para ellos solos, y desarrollaron una nueva industria basada en Lagers suaves.
Este cambio se intensificó durante la II Guerra Mundial: con una gran cantidad de hombres reclutados, los cerveceros suavizaron la cerveza para atraer a las mujeres.